Es importante recordar una vez más que cuando uno compra una acción, en realidad se convierte en propietario de una parte de la compañía. Ser propietario implica entender los fundamentos financieros de cualquier negocio y este curso pretender ofrecer una pequeña introducción a este asunto.
El objetivo principal de una empresa es tomar el dinero de los inversionistas (sus acreedores y accionistas) y generar ganancias con sus inversiones. Los acreedores y accionistas asumen diferentes riesgos con sus inversiones, y por lo tanto tienen diferentes posibilidades de retorno. Los acreedores tienen menos riesgo y por ello reciben un rendimiento fijo, independientemente de la actuación de la empresa (a menos que la firma vaya a la quiebra). Los accionistas asumen todos los riesgos de ser propietarios y su rentabilidad va a depender del rendimiento empresarial subyacente de la empresa. Cuando las empresas generan muchos beneficios, los accionistas pueden beneficiarse al máximo.
Como hemos vimos anteriormente, los inversionistas tienen muchas opciones sobre dónde invertir su dinero: pueden colocar su dinero en depósitos, en bonos del Estado, en acciones o en otros vehículos de inversión. En cada una de estas opciones, los inversionistas esperan conseguir una rentabilidad para su inversión. Los inversionistas invierten en acciones esperando que las compañías creen valor con el dinero invertido.