La bolsa se hunde… ¿qué hago?

¿Qué puede hacer el asesor financiero en momentos de fuertes caídas de la bolsa?

Fernando Luque 26/02/2020
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Si usted es asesor financiero lo más probable es que ya haya recibido una llamada de su cliente preguntándole qué hacer tras las fuertes caídas que está sufriendo la bolsa (no sólo la española). ¿Hay que vender porque estamos al inicio de una nueva fase bajista? ¿O, al contrario, hay que comprar porque los precios están más baratos?

¿Qué es lo mejor que un asesor puede recomendar a su cliente en estas circunstancias? (nota: es una opinión personal; no soy ni asesor financiero, ni gestor de patrimonios; no pretendo dar lecciones a nadie, sólo intento guiarme por el sentido común)

Primero hay que ver si el cliente tiene realmente como objetivo invertir a largo plazo. Para otro tipo de inversores (inversores a corto plazo, inversores más especulativos, etc) hay otro tipo de respuestas.

Si su cliente invierte a largo plazo, inténtele explicar que reaccionar de forma instintiva a los movimientos del mercado no tiene mucho sentido si está invertido a través de fondos de inversión. No sólo porque nadie sabe el devenir de los mercados a corto plazo sino también porque la propia operativa no invita demasiado a operaciones de corto plazo con fondos de inversión. Hay que recordarle que cuando uno compra o vende participaciones de un fondo no sabe a qué precio (o valor liquidativo) le van a aplicar (dependiendo de la gestora y del tipo de fondo le pueden aplicar el valor del día después o de dos días después de que el partícipe haya dado la orden de compra o de venta).

Segundo, hay que comprobar si la estructura de cartera diseñada para el cliente es la adecuada teniendo en cuenta el riesgo que este último desea asumir (es realmente en los periodos de pánico – o de euforia - cuando uno muestra su verdadero nivel de aversión al riesgo, aunque este último esté distorsionado por los movimientos a corto plazo de los mercados). Si el cliente sigue manteniendo el mismo perfil y la distribución de activos de cartera no ha sufrido un cambio sustancial, entonces no hay motivos para cambiar drásticamente de estrategia.

Invertir no es un juego de cero o cien. No se trata de invertir ahora todo en renta fija a corto plazo y mañana todo en renta variable. Ojala tuviera la bola de cristal que me adelantara los movimientos de los mercados, pero no la tengo… ni yo ni nadie.

Ojo, es normal que el cliente esté preocupado por las caídas. Estas siempre se producen de manera más violenta que las subidas; forma parte de la propia dinámica de los mercados.

Por último, diría que siempre es mejor anticiparse a los acontecimientos que reaccionar a ellos. Es más fácil explicarle al cliente un determinado movimiento de cartera, como por ejemplo ir reduciendo la exposición a bolsa a medida que vayan subiendo los mercados, indicándole que de esta forma conseguimos controlar el riesgo de la cartera que disminuir de golpe el peso de los fondos de renta variable porque las bolsas están cayendo. Para eso el cliente no necesita tener un asesor financiero. Lo puede hacer el mismo.

El asesor, en muchos aspectos, debe actuar de contrapeso a las reacciones instintivas del cliente  provocadas por los vaivenes de los mercados. Pero ese reequilibrio por parte del asesor debe jugar en los dos sentidos: reduciendo el riesgo en los momentos de euforia y aumentándolo en los periodos de pánico.

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Sobre el Autor

Fernando Luque

Fernando Luque  es el Senior Financial Editor de www.morningstar.es

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