Efecto Trump: Sector industria

Analizamos el impacto de las elecciones americanas sobre las compañías del sector industrial

Keith Schoonmaker 03/12/2016
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La retórica proteccionista de Trump y la incertidumbre política han pesado en un primer momento sobre el dólar, lo que, con los debates sobre un programa de inversión en infraestructuras y los recortes de impuestos, podría impulsar una recuperación más rápida de la inflación.

El balance para los fabricantes de productos industriales basados en los Estados Unidos es desigual: por un lado, la caída del dólar es una fuente de ventaja competitiva. Sin embargo, la creciente inflación, el coste de la deuda y la erección de barreras comerciales en última instancia podrían penalizar la competitividad de la economía de Estados Unidos.

En cuanto a sectores de actividad, los actores europeos y estadounidenses de defensa parecen ser los principales beneficiarios de la victoria de Trump. Estamos más dubitativos respecto al impacto en otros sectores como el transporte, líneas aéreas y constructores aeronáuticos.

La industria automóvil de Estados Unidos podría verse amenazada por el deterioro de las relaciones comerciales con México. Los fabricantes de maquinaria pesada, muy expuestos a los mercados internacionales así como los fabricantes de automóviles, podrían beneficiarse de un dólar más débil, pero el aumento del coste de la deuda podrían compensar este efecto positivo.

En el ámbito de la construcción de viviendas, el resultado de la elección podría ser un elemento positivo gracias a una mayor confianza de los consumidores.

Por último, el sector de la ingeniería y construcción serían uno de los principales beneficiarios del plan de inversiones en infraestructuras promovido por el presidente Trump.

Defensa

Se espera que el sector de la defensa sea uno de los más afectados por el resultado de la elección presidencial. El probable aumento de los presupuestos de defensa a corto plazo y un movimiento de huida hacia la calidad han apoyado las cotizaciones de las principales empresas del sector.

Anticipamos una mejora de la situación desde el comienzo del año, en medio de cambios en el entorno geopolítico, la mejora del presupuesto federal y el ciclo de los gastos militares. Una administración Trump podía llevar los gastos relacionados con la defensa en la parte superior de nuestra gama de estimaciones, es decir más de 650 mil millones de dólares de aquí al año 2019.

Tendremos indicaciones más claras de los proyectos de defensa de la administración Trump durante la definición del presupuesto de 2017. Nuestro análisis inicial indica que el candidato parecía favorecer los sistemas de defensa a base de misiles, lo que favorecería empresas como Lockheed o Raytheon. Trump también parece favorecer un programa nuclear con la modernización de los bombarderos B-21 (Northrop Grumman) y los submarinos Columbus (General Dynamics). Por el contrario, se ha mostrado crítico con programas como el F-35.

Grupos industriales diversificados

El impacto de la victoria de Trump para los grupos industriales diversificados es mixto a primera vista, pero podría evolucionar favorablemente a medida que el mercado digiere las propuestas del nuevo presidente para reactivar la economía a través de recortes de impuestos y protección de los puestos de trabajo nacionales, siempre vigilando el desarrollo de las relaciones comerciales con el resto del mundo.

Empresas como General Electric, United Technologies, 3M, Emerson o Parker Hannifin, que son grandes empleadores a nivel local y que tienen una fuerte presencia nacional deberían beneficiarse de la voluntad de Trump de impulsar la inversión en el país, en particular en el sector del petróleo.

Las reducciones de impuestos para las empresas prometidas por el candidato beneficiarían a empresas como Ametek, 3M y Roper, que muestra una tasa impositiva media por encima de sus competidores.

Sin embargo, estos grandes grupos diversificados también tienen una fuerte presencia internacional, con más del 50% de sus ventas fuera de Estados Unidos. Estas empresas han invertido fuertemente en las últimas décadas para internacionalizarse, buscar economías de escala y crear cadenas de valor globalizadas.

El endurecimiento de la política comercial de los Estados Unidos podría afectar lógicamente las relaciones con sus principales socios, especialmente China. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la transición del modelo económico de China hacia el consumo interno ha sido acompañada por un deseo de producir de forma más local. Hoy en día, el desarrollo de una clase media y una base industrial local conducen a los chinos a comprar primero en casa, luego aprovisionarse en Rusia y en tercera opción en los Estados Unidos.

Transporte

Las declaraciones pasadas de Trump contra el NAFTA o el TPP ya han causado mucho daño en el sector ferroviario, con fuertes caídas para muchas compañías de transporte - caso de Kansas City Southern y Union Pacific – pero también para actores globales como FedEx o UPS, vistos como beneficiarios de los acuerdos del TPP.

Estamos más preocupados por los fundamentales de los especialistas en logística y "transporte de carga", cuyo crecimiento de la actividad podría verse penalizada por una desaceleración más pronunciada en el comercio internacional.

Por el contrario, vemos el transporte por carretera como un ganador marginal, sujeto a una relajación de las restricciones regulatorias que enfrenta actualmente el sector.

Automóvil

Muchos títulos de constructores cayeron en la mañana del 9 de noviembre. Esta venta masiva refleja la incertidumbre sobre la política que llevará Trump. Si la política proteccionista del candidato se implementa, creemos que los precios de los vehículos aumentan con el tiempo, incluso para los tres fabricantes americanos de Detroit, ya que importan la mayor parte de sus componentes.

El acuerdo TPP podría favorecer a los fabricantes japoneses, ya que les permite proveer un poco más de la mitad de sus vehículos a países que no son del TPP, como China, y venderlos en los Estados Unidos. Si el acuerdo no fuera votado, tendría un impacto negativo. Dicho esto, algunos fabricantes han invertido en los EE.UU. para fabricar localmente algunos vehículos - es el caso de Toyota con la camioneta Tundra, aunque no ha quitado demasiada cuota de mercado a los fabricantes nacionales.

A diferencia del acuerdo TPP, la abolición del NAFTA sería una mala noticia para los principales fabricantes de automóviles, porque todos tienen una presencia industrial significativa en México, no sólo para exportar a los Estados Unidos sino también a Europa y a Sudamérica. Si la producción se reubica en los Estados Unidos, los costes de producción se elevarían, lo que pesa sobre los beneficios empresariales, pero también en el presupuesto de las familias (aumento del precio de venta), con el riesgo de pérdidas de cuota de mercado para los fabricantes domésticos.

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Títulos Mencionados en el Artículo

Nombre TítuloPrecioCambio (%)Rating Morningstar
3M Co134,78 USD-0,48Rating
AMETEK Inc169,10 USD0,54
Boeing Co150,52 USD-1,55Rating
Emerson Electric Co109,63 USD-0,76Rating
FedEx Corp262,08 USD-1,82Rating
Ford Motor Co10,45 USD-0,29Rating
General Dynamics Corp299,61 USD-1,42Rating
General Electric Co183,89 USD-1,37Rating
General Motors Co44,98 USD0,36Rating
Lockheed Martin Corp605,82 USD0,43Rating
Northrop Grumman Corp537,58 USD-0,24Rating
Parker Hannifin Corp626,31 USD-0,19Rating
Raytheon Technologies Corp123,67 USD-0,30Rating
Roper Technologies Inc548,93 USD-0,44Rating
Stellantis NV12,08 EUR1,41Rating
Stellantis NV13,08 USD-4,04Rating
Toyota Motor Corp2.586,00 JPY-0,60Rating
Union Pacific Corp240,63 USD-1,12Rating
United Parcel Service Inc Class B130,72 USD-1,72Rating

Sobre el Autor

Keith Schoonmaker  Keith Schoonmaker is a senior stock analyst at Morningstar.

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