Invertir trata sobre tomar riesgos esperando una rentabilidad. Por naturaleza es una actividad llena de incertidumbre y los inversores tienen otra opción que aceptar esta falta de previsibilidad de la rentabilidad. Constantemente se nos recuerda que la rentabilidad pasada no es una guía para el futuro, sin embargo los inversores pueden hacer algo para minimizar la ignorancia de los riesgos asumidos.
La creciente popularidad de la inversión pasiva durante la última década ha sido en parte gracias al alto nivel de transparencia asociado con la gestión de fondos pasivos en comparación con el sector de gestión activa en la industria.
Los fondos pasivos, especialmente los ETFs, han sido sujetos a un examen profundo por parte de los reguladores, instituciones de análisis a nivel internacional y medios de comunicación. La respuesta de los fondos pasivos a este examen ha sido maximizar la transparencia en todos los aspectos relacionados con la gestión de los fondos, incluyendo una información exhaustiva, actualizada de forma regular, y lo más importante, de fácil acceso sobre los componentes y operaciones auxiliares como el préstamo de valores.