La situación económica de la Zona Euro sigue siendo bastante frágil. La esperanza de una recuperación duradera se ha visto truncada a mediados de año y las previsiones de crecimiento del PIB desde entonces se han revisado a la baja, corroborando la idea de que el estancamiento ahora puede estar en el orden de las cosas.
Más preocupante aún, la inflación, o más precisamente su ausencia, alimenta desde hace algún tiempo las especulaciones sobre una "japonización" de la unión monetaria.
Este cuadro bastante deslucido no ha impedido, sin embargo, que los mercados de acciones y bonos de la Zona Euro registraran rentabilidades positivas en este año 2014. Así, desde principios de enero hasta finales de noviembre, el Eurostoxx 50, que mide el comportamiento de las 50 mayores empresas de la región, ganó un 8,2%.