Nuestro análisis del segundo trimestre

Ibbotson nos ofrece su visión de lo que ha sido el segundo trimestre y sus perspectivas para el futuro

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En el segundo trimestre de 2011 el ritmo de expansión de la actividad económica sufrió una desaceleración después de un crecimiento moderado durante el primer trimestre. Analizando los datos hasta final del mes de junio, es difícil tener claro si la economía global está acercándose a una depresión pasajera, al igual que el verano pasado, o si ha alcanzado una fase duradera de bajo crecimiento; o si está haciendo una transición gradual hacia una contracción económica. Creemos que esta última opción es el escenario menos probable, dada las características históricas de las contracciones económicas así como las últimas lecturas de los indicadores económicos.

Los activos de riesgo se comportaron relativamente mal ya que la economía global mostró signos de desaceleración y los mercados temían las consecuencias de incumplimientos de deuda soberana en la Eurozona. En consecuencia, la deuda soberana con calificación AAA se apreció, los diferenciales de crédito se ampliaron, la renta variable de los mercados  desarrollados terminó el trimestre bastante plana o con pequeñas pérdidas, y las clases de activos de mercados emergentes (EM) obtuvieron resultados inferiores al resto. Los precios de las materias primas cayeron, con la excepción del petróleo, que sufrió la pérdida de la producción de Libia y la decisión de la OPEP de mantener la producción estable. Los REITs (activos inmobiliarios) se comportaron mejor que las acciones, pero este rally ha dejado las valoraciones muy ajustadas.

De cara al futuro, creemos que es posible que esta tendencia se de la vuelta. Los tipos de la deuda soberana a largo plazo debería aumentar en Estados Unidos y en Alemania y los diferenciales de crédito debe seguir reduciéndose. La incertidumbre sobre las perspectivas es inusualmente alta. Teniendo en cuenta el nivel de los precios del crudo, el riesgo de incumplimiento de la deuda soberana en Europa, el pico de los márgenes de beneficios, la precaria situación fiscal de muchos países desarrollados, el alto grado de apalancamiento de los hogares y de las empresas en los Estados Unidos, y las perspectivas de bajo crecimiento económico en las economías más avanzadas, esperamos que los mercados se mantengan nerviosos. Deberíamos esperar una mayor volatilidad. Por último, anticipamos un incremento del techo de deuda de EE.UU. aunque la disputa política es alarmante. 

 

 

 

 

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